Después de la Pandemia muchas cosas cambiarán, tanto en la forma de vida como en lo económico y en lo político. Es nuestro deber fundamental estar a la altura de esta nueva situación.
Consideramos que debemos hacerlo en tres niveles:
A- Responder a la transformación antropológica que estamos sufriendo. Una transformación general, estandarizada y niveladora que va en dirección a la atomización, a la cobardía, a la transferencia de responsabilidades y el ascenso de lo post humano.
Trabajaremos en el redescubrimiento del coraje, la verticalidad, lo sagrado y el estilo. También en la Comunidad selectiva y el papel de vanguardia, que actúa con el ejemplo para introducir de nuevo el sentido de lo trágico en la vida cotidiana. Para contraponer el modus vivendi olímpico , viril, axial, a la horizontalidad generalizada y los continuos vórtices telúricos que producen una caída en lo humano. Una nueva nobleza popular es el elemento esencial a alcanzar. Popular no en el sentido de lo vulgar, masificado y plebeyo, si no por la nobleza del trabajo en sí mismo.
B- Participar en la transformación social a causa del COVID.
Pueblo, Nación y Estado son términos abstractos si no están pletóricos de un valor sagrado, atemporal, vertical y de una férrea voluntad de poder. Por lo tanto, asumir un valor social revolucionario a través del cual crear y formar la acción popular y ésto hay que hacerlo exactamente donde tiene lugar ese choque, es decir, en la proletarización y el empobrecimiento de la burguesía.
Una fuerza política con intención de ir más allá de la pasarela mediática del sindicalismo al uso a través de la RRSS no sólo debe organizar las demandas de la burguesía , de los empresarios libres, de los artesanos y agricultores, y ofrecerles soluciones concretas, sino organizar su salvaguarda en el desierto que vendrá -indicaciones de autofinanciamiento y ayuda mutua-. Debemos estar presentes donde el estado no funciona bien.
C- Entrar en el debate sobre la transformación internacional debería suponer un punto de inflexión positivo en la adquisición de poder y en la emancipación de Europa como un bloque geopolítico civilizador separado de las superpotencias.
Promover la soberanía europea y asumir una dialéctica quirúrgica centrada en los diversos matices de las soberanías para así poder rectificarlas, tanto conceptual como operativamente,
Una respuesta tripartita que aporte lo sagrado, lo real y lo característico del indoeuropeo: existencial, social y de poder.
EurHope
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